martes, 5 de julio de 2011

Aventuras bibliotequiles

Hacía mucho que no actualizaba. Mucho. Como un mes. O más. Uf, ni lo sé ya. El caso es que hacía muuuucho, que no acabo de arrancar. Ni con esto de intentarme poner a escribir la tesina (que yo me pregunto, ¿qué hay que hacer para llamar a los duendecillos aquellos del cuento que venían por la noche y hacían por ti el trabajo y te despertabas al día siguiente y lo habían dejado hecho para que la reina, o el rey, o quien fuera, no se enfadara contigo? en serio, era un cuento...) consigo actualizar... Bueno, digamos que mi ritmo de productividad tesinil y mi ritmo de actualización crecen casi en paralelo... no digo más.

Y sus preguntaréis, y si no ya os lo digo yo, preguntáoslo, ¿qué me ha hecho volver a escribir? ¡Ay! vida cruel... Estoy en la biblioteca, la de mis años mozos (de cuando estudiaba la carrera, que mola más). Pasando un poquito de calor, que aquí gracias que hay calefacción. Como están las ventanas abiertas para que haya corriente, el aire se va moviendo... y de vez en cuando, así como en oleadas, me llega un olorcito... un olorcito... A SOBACO QUE TIRA PA'TRÁS! En serio, no sé quién es (tengo dos sospechosos, los dos más cercanos a mí), pero alguien ha sido abandonado por el desodorante. No huele a rancio, a Dios gracias, pero desconcentra que no veas... (sí, soy de fácil desconcentrar, xD).
Qué caprichosa la señora inspiración... ¿Tendré que dejar de ducharme para acabar la tesina? :S

Y así estoy, entre olores a sobaquillo y tentada de seguir con la tropecientostresmil relectura de Harry Potter, que, de verdaz sus lo digo, así no hay quien haga ná... Argh, voy a seguir escribiendo memeces... bueno, intentando al menos... Nunca pensé que lo diría, pero tengo ganas locas de vacaciones de mi ordenador...

PD: y con ésta, ya van 60...