lunes, 15 de febrero de 2010

En fin...

Estoy en la biblioteca, pasando frío. Es lo que pasa si estudias en esta universidad: en todas sus bibliotecas hace frío, no me preguntéis porqué. Estoy aquí, pasando frío, y acaba de empezar a sonar una canción que no especificaré por conservar algo de dignidad que no hace más que decir “goodbye” cada cinco o seis palabras. Es bonita, es triste, es cursi. Nunca admitiré haberla escuchado ;) Pero no, su cursilería no me hace escribir. Me hace escribir ese “goodbye”...
Hace tiempo, mucho en términos bloggeros, que no hablo de OPAL (vuelta a ese nombre totalmente intencionada). Y no acabo de entender porqué esta canción me ha traído aquí. Pero me ha hecho recordar aquella época en que tuve que dejar de escuchar música porque todas las canciones me hablaban. Era la primera vez en mi vida que me pasaba, parecía una peli de esas en las que ponen la tele y aparece justo algo relevante para los protas en la pantalla. Happy belated adolescence, I guess...
Hace tiempo aprendí que no es realista hablar en términos de justicia en este tipo de cosas. Sin embargo, me cuesta resistirme a la tentación. A veces tengo la sensación de que no es justo que OPAL me afectara tanto y de esa manera, y otra gente que vino antes en cambio no lo hiciera. Antes de decirme que soy idiota, xD, ya, ya lo sé, no tiene ni pies ni cabeza. Es una sensación, no un convencimiento.
Recuerdo también la primera vez que fui plenamente consciente de haberle hecho daño a alguien. No fue intencionado pero sí claramente mi culpa, además de un poco impresentable por mi parte. Tengo conciencia. Hay quien lo olvida y cree en la necesidad de recordarme mis errores. Si el monólogo de mi pensamiento se pudiera grabar, ya no creerían en esa necesidad porque faltar, me faltan muchas cosas pero eso precisamente no. Aunque a lo mejor no es malo que de vez en cuando te recuerden cuándo fuiste tú la mala de la película. Vacuna contra la prepotencia de creerse demasiado buena persona. Duele más al ver como hacen daño a tus amigos, duele porque sientes de verdad la mierda que les toca comerse y te acerca aún más a sentir lo que debiste provocar en la otra persona. Dios, que hija de puta fuí, ¿no?
Pero no, ahí se para o se cae en algo aún más fácil que la falta de conciencia: la autocomplaciencia. Y perdón por la rima accidental.
Si yo hubiera diseñado la realidad (mejor que no, xD, tendría más fallos que el Windows Vista) encontraría la manera de tener algún tipo de relación (hablamos de amistad aquí) con OPAL y me habría ahorrado alguna de las cagadas que más dolieron a otros. Me han hecho aprender sí, pero habrá que encontrar la manera de aprender sin que tenga que ser a expensas de los demás, ¿no?
En fin, que será por el frío de esta maldita biblioteca, o por las pocas ganas que tengo de hacer lo que tengo que hacer o por la música que estoy escuchando (telita), pero menudo post me ha salido después de tanto tiempo sin actualizar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Coméntame desde aquí o tu mundo paralelo, que telepatía todavía no tengo...